La higiene bucal es un requisito indispensable para mantener la buena salud de tu boca. La garantía de una boca sana y limpia requiere en todo caso el cepillado diario de tus dientes después de cada comida y el uso de hilo dental o cepillos interproximales, de forma que no queden restos de suciedad entre los dientes.
Aunque estos dos hábitos no pueden sustituirse por el uso de ningún enjuague bucal, sí es cierto que, según su composición, pueden ayudar a una limpieza en mayor profundidad de tu boca, protegerla de algunos agentes externos que dañan el esmalte dental o incluso prevenir algunas patologías dentales.
Desde Clínica Gonzalvo, a través de este post te ayudamos a despejar todas las dudas relacionadas con los enjuagues bucales, explicando qué son, para qué sirven y qué tipos existen en el mercado actualmente.
¿Qué son y cómo se usan los enjuagues bucales?
Los enjuagues bucales o colutorios son soluciones líquidas orales destinadas a mejorar la salud de nuestra dentadura. Para beneficiarse de sus efectos, es necesario introducir una pequeña cantidad de la solución en nuestra boca, extenderla entre nuestros dientes, paladar y lengua para su enjuague, y expulsarla tras unos pocos minutos.
La finalidad de los enjuagues bucales es distinta según cuáles sean los elementos que los componen, pero con carácter general pueden servir para los siguientes objetivos:
- Ayudar a eliminar cualquier resto de comida que pueda quedar en la boca tras el cepillado de dientes.
- Proporcionar un aliento más fresco.
- Prevenir afecciones dentales comunes, como la gingivitis o la periodontitis.
- Aliviar el dolor provocado por las llagas o úlceras dentales.
Tipos de enjuagues bucales
Teniendo en cuenta lo anterior, podemos distinguir los siguientes tipos de enjuagues bucales o colutorios:
Enjuagues bucales estéticos
Los más comunes en el mercado son aquellos cuya principal misión consiste en garantizar una higiene bucal óptima, mediante la eliminación de los restos de comida que no hayan desaparecido con el cepillado y uso del hilo dental. Ello, su vez, reduce la placa bacteriana, la formación de sarro y la aparición de caries.
También existen colutorios estéticos destinados a disipar el mal olor de la boca causado por la halitosis. Sin embargo, este tipo de enjuagues bucales no atacan a la causa de esta patología, sino que solamente ayudan a reducir sus efectos.
Finalmente, también se ofrecen enjuagues bucales con compuestos blanqueantes, que ayudan a recuperar el blanco natural del esmalte dental.
Enjuagues bucales con flúor
Estos enjuagues contienen flúor, cuya finalidad consiste en recubrir el esmalte dental de una capa mineral que lo protege de los ácidos generados por la placa bacteriana. Como consecuencia, resulta eficaz para prevenir la aparición de caries, por lo que se aconseja su uso en la higiene dental de los niños de forma frecuente.
No obstante, antes de proceder al uso de colutorios con alto contenido en flúor, es aconsejable comprobar la cantidad del mismo que contiene nuestra pasta de dientes, pues un exceso de flúor en el organismo puede afectar negativamente a nuestros dientes y huesos, dando lugar a la fluorosis dental.
Por un lado, la acumulación de un exceso de flúor en nuestra dentadura puede dar lugar a la aparición de manchas dentales de color blanco o amarillo, así como a erosiones dentales.
En lo que respecta a los huesos, una acumulación de flúor en nuestra estructura ósea puede generar en algunos casos el depósito de un exceso de calcio en los ligamentos que obstruye la movilidad o, de forma mucho menos habitual, el surgimiento de anomalías óseas en la columna vertebral.
Enjuagues bucales antisépticos
La función de los enjuagues bucales antisépticos consiste en extinguir los microorganismos y demás bacterias de nuestra boca, así como prevenir y ayudar en la sanación de infecciones bucales y llagas. En concreto, se recomienda su uso en caso de sufrir patologías comunes como la periodontitis o la gingivitis, o tras una cirugía oral.
En la actualidad, esta función antiséptica del colutorio se consigue sin la necesidad de emplear alcohol en la composición, por ejemplo a través de la clorhexidina. No obstante, se aconseja un uso limitado de la clorhexidina, pues lo contario puede dar lugar a la aparición de efectos secundarios estéticos no deseados, como el oscurecimiento del esmalte.