Mediante la odontología conservadora buscamos realizar tratamientos que mantengan tus piezas dentales originales, con un tratamiento restaurador de dientes naturales con patología de caries o pulpar.
LA PREVENCIÓN ES LO MÁS IMPORTANTE
Caries
Realizamos tratamientos de caries, desde las más incipientes hasta las más avanzadas. Utilizamos materiales libres de Bis-Fenol con las últimas novedades en materiales adhesivos.
Endodoncia
Cuando una caries avanzada o un proceso de fractura afecta al nervio del diente es necesario realizar un tratamiento de conductos (o endodoncia). En el cual se realiza una limpieza y desinfección de los canales para sellarlos posteriormente.
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DUDAS FRECUENTES SOBRE LA ODONTOLOGÍA CONSERVADORA
Una caries dental es una de las afecciones más comunes y ampliamente reconocidas en el campo de la odontología conservadora. Se trata de la destrucción del tejido duro del diente debido a la desmineralización provocada por los ácidos que generan las bacterias de la placa dental.
Estas bacterias se alimentan de los azúcares presentes en los alimentos y bebidas que consumimos, y como resultado de su metabolismo, producen ácidos que pueden erosionar el esmalte dental, la capa más externa y protectora del diente.
El proceso de formación de una caries dental suele ser gradual y puede afectar diversas partes del diente, empezando por el esmalte y avanzando hacia la dentina, una capa más blanda y menos resistente a la infección. Si no se trata a tiempo, la caries puede continuar su avance hacia la pulpa dental, donde se encuentran los nervios y vasos sanguíneos del diente, causando dolor e incluso pudiendo llevar a la pérdida del diente.
Los signos de la caries dental incluyen sensibilidad dental, dolor al consumir alimentos o bebidas dulces, ácidas o muy frías, y la aparición de manchas oscuras o huecos visibles en los dientes. Para su tratamiento, la odontología conservadora ofrece diversas opciones que van desde empastes o restauraciones, para reparar el daño y restaurar la funcionalidad del diente, hasta tratamientos más complejos como la endodoncia (tratamiento de conducto) si la caries ha alcanzado la pulpa dental.
La prevención juega un papel crucial en la lucha contra la caries dental. Una higiene oral adecuada, que incluya el cepillado regular, el uso de hilo dental y visitas periódicas al dentista, junto con una dieta equilibrada, son esenciales para mantener una buena salud bucodental y evitar la aparición de caries.
Saber si tienes caries puede no ser evidente en las fases iniciales, ya que los signos y síntomas pueden ser mínimos o inexistentes al principio. Sin embargo, a medida que la caries progresa, puedes empezar a notar varios indicadores. Aquí te detallamos algunos signos y síntomas comunes que pueden sugerir la presencia de caries dental:
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Sensibilidad Dental: Experimentar sensibilidad en uno o varios dientes, especialmente al consumir alimentos o bebidas calientes, frías, dulces o ácidas, puede ser un signo temprano de caries.
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Dolor de Dientes: Un dolor dental persistente o que aparece sin razón aparente puede indicar que una caries ha alcanzado capas más profundas del diente.
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Manchas en los Dientes: La aparición de manchas de color blanco, marrón o negro en la superficie de tus dientes puede ser una señal de desmineralización o caries activa.
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Hoyos o Cavidades: Si puedes ver o sentir una cavidad o un agujero en tu diente, es muy probable que se trate de una caries avanzada.
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Mal Aliento o Sabor Desagradable: La presencia constante de mal aliento o un sabor desagradable en la boca, a pesar de una buena higiene oral, puede deberse a caries no tratadas.
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Dolor al Masticar: La caries dental puede hacer que masticar se vuelva doloroso, especialmente si la comida presiona el diente afectado.
Es importante destacar que no todos estos síntomas garantizan la presencia de caries, ya que pueden estar relacionados con otras afecciones dentales. La manera más efectiva y segura de saber si tienes caries es mediante una revisión dental regular. En nuestra clínica dental, los especialistas en odontología conservadora utilizan herramientas y técnicas avanzadas para diagnosticar y tratar las caries en sus etapas iniciales, evitando así complicaciones y tratamientos más invasivos.
Si experimentas alguno de estos síntomas, te recomendamos concertar una cita con nuestros dentistas para una evaluación profesional. El diagnóstico temprano y el tratamiento son clave para preservar la salud dental y prevenir daños mayores.
Las caries dentales surgen por una combinación de factores que conducen a la destrucción del tejido duro del diente. Aquí te explicamos las principales razones por las cuales pueden aparecer:
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Placa Bacteriana: La principal causa de las caries es la placa, una película pegajosa y transparente compuesta principalmente por bacterias. Cuando las bacterias de la placa entran en contacto con los azúcares y almidones de los alimentos y bebidas que consumimos, producen ácidos. Estos ácidos atacan el esmalte dental, el cual es la capa protectora externa del diente, iniciando el proceso de desmineralización que puede llevar a la formación de caries.
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Alimentación Rica en Azúcares y Almidones: Los alimentos y bebidas que contienen altos niveles de azúcares y almidones favorecen la actividad bacteriana en la boca, aumentando el riesgo de desmineralización y, por ende, de caries.
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Higiene Oral Deficiente: No cepillarse los dientes regularmente, o hacerlo de forma incorrecta, así como el no uso de hilo dental, puede permitir que la placa se acumule y endurezca, transformándose en sarro, lo que facilita la formación de caries.
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Flujo Salival Reducido: La saliva ayuda a neutralizar los ácidos producidos por las bacterias y a reparar el esmalte dental. Una disminución en la producción de saliva (xerostomía) puede incrementar el riesgo de caries, ya que hay menos saliva disponible para proteger los dientes.
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Localización de los Dientes: Los dientes posteriores (molares y premolares) tienen más fisuras y surcos donde los restos de comida pueden quedar atrapados y son más difíciles de limpiar, lo que los hace más susceptibles a las caries.
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Factores Genéticos: Algunas personas son naturalmente más propensas a desarrollar caries debido a factores genéticos que afectan la composición y resistencia de su esmalte dental, así como la cantidad y calidad de su saliva.
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Consumo de Alcohol y Tabaco: Estos hábitos pueden contribuir a un ambiente oral más propicio para el desarrollo de caries, además de otros problemas dentales y de salud.
Prevenir las caries implica mantener una buena higiene oral, limitar la ingesta de azúcares y almidones, usar productos dentales con flúor y acudir regularmente a la clínica dental para revisiones y limpiezas profesionales. En nuestra clínica dental, estamos comprometidos con educar a nuestros pacientes sobre la importancia de estos hábitos preventivos para mantener una boca sana y libre de caries.
Una endodoncia es un procedimiento odontológico que se realiza para salvar un diente que ha sido severamente dañado por caries, infección o trauma. Este tratamiento es una parte esencial de la odontología conservadora, cuyo objetivo es preservar el diente natural y evitar su extracción.
El proceso de endodoncia implica la eliminación del tejido pulpar enfermo o muerto del interior del diente. La pulpa es una parte vital del diente que contiene nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo, ubicada en el canal radicular, que se extiende desde la corona del diente hasta la punta de la raíz en la mandíbula. Cuando la pulpa se infecta o se inflama debido a caries profunda, fracturas dentales o lesiones, puede causar dolor intenso y abscesos, lo que hace necesario un tratamiento de conducto.
La endodoncia es un procedimiento altamente efectivo con una tasa de éxito elevada, permitiendo que muchos dientes se salven y continúen funcionando correctamente durante años o incluso toda la vida. En nuestra clínica dental, contamos con especialistas capacitados y tecnología avanzada para realizar endodoncias con el máximo cuidado y precisión, asegurando el bienestar y la satisfacción de nuestros pacientes.
Una endodoncia se realiza cuando el tejido pulpar dentro del diente, conocido como pulpa dental, está infectado, inflamado o muerto. Este tratamiento es esencial para salvar el diente afectado y evitar la necesidad de extraerlo. Aquí te detallamos las situaciones más comunes que pueden requerir una endodoncia:
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Caries Profundas: Cuando las caries penetran a través del esmalte y la dentina, llegando a la pulpa, provocan infección e inflamación. En estos casos, la endodoncia es necesaria para remover el tejido afectado y preservar el diente.
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Traumatismos Dentales: Golpes o lesiones que dañan el diente pueden causar la muerte de la pulpa, incluso si no hay daño visible en el exterior. La endodoncia permite tratar estos daños internos.
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Fracturas o Grietas en el Diente: Las fracturas que se extienden hasta la pulpa exponen el tejido a bacterias, resultando en infección y dolor. La endodoncia limpia y sella el canal radicular, evitando la extracción del diente.
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Abscesos Dentales: Son infecciones que se forman en la punta de la raíz del diente, a menudo como resultado de caries no tratadas o traumatismos. La endodoncia elimina la infección y previene su propagación.
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Lesiones por Desgaste: El desgaste excesivo de los dientes por bruxismo (rechinamiento) o la erosión ácida puede exponer la pulpa, requiriendo un tratamiento de conducto para su resolución.
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Dolor Dental Prolongado: Dolor intenso al masticar, sensibilidad prolongada al calor o al frío, y dolor que no desaparece pueden indicar que la pulpa está enferma o dañada y necesita ser tratada mediante endodoncia.
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Cambio de Color del Diente: Un diente que se vuelve oscuro o grisáceo puede indicar daño en la pulpa, y aunque no siempre es doloroso, puede requerir una evaluación para endodoncia.
Tras una endodoncia, es normal experimentar cierta sensibilidad o molestias en el área tratada, especialmente durante los primeros días después del procedimiento. Este dolor es generalmente leve y temporal, y suele deberse a la inflamación del tejido circundante al diente tratado, no a la pulpa dental, ya que esta ha sido removida durante el tratamiento. La mayoría de los pacientes comienzan a sentir alivio en unos pocos días.
La duración exacta del dolor varía de una persona a otra, pero aquí te ofrecemos una guía general de lo que puedes esperar:
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Primeras 24 a 72 horas: Es el período donde es más probable experimentar sensibilidad o dolor, que debería comenzar a disminuir gradualmente con el paso de los días. Seguir las indicaciones de cuidado post-tratamiento de tu dentista es crucial durante este tiempo.
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Una semana después del tratamiento: La mayoría de las personas notan una mejora significativa en este punto. Si el dolor persiste o se intensifica, es importante contactar a tu dentista.
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Después de una semana: Aunque es menos común, algunas personas pueden experimentar molestias leves por un período más prolongado. Sin embargo, el dolor agudo o que empeora después de este tiempo no es normal y requiere atención dental adicional.
Si el dolor después de una endodoncia persiste más de lo esperado o experimentas síntomas como hinchazón significativa, dolor al morder, o fiebre, es importante que contactes con nosotros. Estos síntomas pueden indicar la necesidad de un tratamiento adicional o la presencia de una infección.
Reconocer los signos de una infección dental es crucial para buscar tratamiento temprano y evitar complicaciones serias. Una infección dental, también conocida como absceso dental, ocurre cuando las bacterias invaden la pulpa dental, el tejido blando en el centro del diente que contiene nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo. Aquí tienes algunos síntomas comunes que pueden indicar la presencia de una infección dental:
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Dolor Persistente: El síntoma más común de una infección dental es el dolor persistente y agudo en el diente afectado. Este dolor puede sentirse como pulsátil o constante y a menudo se intensifica al masticar o al aplicar presión sobre el área.
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Sensibilidad a Temperaturas Extremas: Una sensibilidad aumentada al calor o al frío que no desaparece después de unos segundos puede ser un signo de infección.
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Hinchazón en la Cara o en la Encía: La presencia de hinchazón en la encía alrededor del diente afectado o en la cara puede indicar una infección que se está extendiendo.
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Elevación de la Temperatura Corporal: La fiebre puede ser un indicador de que tu cuerpo está luchando contra una infección.
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Mal Sabor de Boca o Mal Aliento: Un sabor desagradable persistente en la boca o mal aliento puede ser causado por el drenaje del absceso.
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Linfonodos Inflamados: Los ganglios linfáticos debajo de la mandíbula o en el cuello pueden inflamarse y ser sensibles al tacto cuando hay una infección en la zona.
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Dificultad para Abrir la Boca o Tragar: Aunque menos común, una infección dental severa puede dificultar la apertura de la boca o la deglución.
Si experimentas alguno de estos síntomas, es importante que busques atención dental inmediata. Las infecciones dentales no se resuelven por sí solas y pueden propagarse a otras partes del cuerpo, llevando a complicaciones potencialmente graves si no se tratan.