Respondemos a las preguntas más frecuentes sobre periodoncia.
¿Qué es el periodonto?
El periodonto (del griego «alrededor del diente») es la estructura que rodea y sostiene los dientes. Se compone de cuatro tejidos distintos: el hueso alveolar, el cemento radicular, el ligamento periodontal y la encía.
El ligamento de la encía está formado por fibras de colágeno y actúa como un «amortiguador» entre las raíces de los dientes y el hueso en el que están incrustados.
En un individuo sano, el ligamento periodontal está protegido del entorno oral por la encía, que forma un «sello» alrededor de los dientes. La encía sana tiene un aspecto rosado y firme, rellena el espacio entre los dientes (formando la «papila interdental») y no sangra al cepillarse.
Las principales condiciones patológicas que pueden afectar al periodonto son la GINGIVITIS y la PARODONTITIS.
¿Qué es la placa dental?
La placa dental es una combinación de bacterias y productos bacterianos que forman un biofilm que cubre de forma natural cualquier tejido de la boca. La placa dental está compuesta por más de 400 especies diferentes de bacterias, la mayoría de las cuales son habitantes habituales («comensales») de la cavidad oral.
La placa dental es la principal causa de la caries, pero también de la GINGIVITIS y la PARODONTITIS.
Las células epiteliales que recubren la superficie externa de las encías se desprenden de forma natural cada día, evitando así la acumulación de bacterias en su superficie. En cambio, la superficie de los dientes no se escama; si no se cepillan con regularidad, los dientes sólo pueden acumular más y más placa en su superficie.
En pequeñas cantidades, la placa es invisible y relativamente peligrosa para las encías. En cambio, si se deja acumular, la placa forma una gruesa biopelícula y se hace visible como un depósito blando y blanco. La proporción relativa de especies bacterianas potencialmente peligrosas aumenta con el grosor de la biopelícula.
¿Cuáles son los objetivos de la terapia periodontal?
La forma más común de periodontitis tiene un curso «crónico» y la destrucción progresiva del periodonto ocurre, casi asintomáticamente, durante muchos años.
En la actualidad no es posible predecir cuándo se producirá la destrucción en un sitio específico en un paciente determinado. La razón de ser de la terapia periodontal es, por tanto, reducir la carga bacteriana total en la cavidad oral hasta un nivel que el sistema inmunitario del paciente pueda aceptar.
Dada la naturaleza de esta enfermedad, el único objetivo realista de la terapia periodontal hoy en día es detener la progresión de la infección, tratando de posponer la pérdida de dientes tanto como sea posible, mientras se mantienen los dientes naturales del paciente durante el mayor tiempo posible.
Dada la imposibilidad de una curación completa de la periodontitis, los enfermos deben considerar la terapia periodontal como una terapia «de por vida». Al igual que un paciente diabético, el paciente periodontal tendrá que someterse a revisiones y tratamientos regulares para mantener su enfermedad estable.
El éxito a largo plazo de la terapia periodontal depende esencialmente de dos factores:
- el nivel de higiene bucal diaria en casa del paciente;
- tras el final de la terapia activa, la participación continuada del paciente en un programa de terapia de mantenimiento (visitas de higiene a intervalos regulares de 2 a 6 meses)
¿Qué es la «terapia no quirúrgica» para la periodontitis?
Según las directrices internacionales, cualquier curso de terapia periodontal debe comenzar siempre con una «terapia activa», que se divide en dos fases: terapia periodontal no quirúrgica y terapia periodontal quirúrgica. Cada una de estas dos fases de tratamiento dura entre 3 y 6 meses.
Hoy en día, la mayoría de los pacientes periodontales pueden estabilizarse sólo con una terapia no quirúrgica, de forma mínimamente invasiva.
A veces, la terapia periodontal no quirúrgica comienza con la extracción temprana (preventiva) de todos los dientes que se considera que tienen un mal pronóstico a largo plazo. Esto se hace con el fin de eliminar todas las reservas bacterianas de la boca en una fase temprana (que podría conducir a una futura reactivación de la enfermedad). La extracción precoz de los elementos irremediablemente comprometidos puede parecer una actitud agresiva injustificada, pero también permite limitar la pérdida de hueso alveolar en la zona (tal vez útil para la colocación de implantes dentales más adelante) y centrar el tratamiento en los dientes con mejor pronóstico. Además de unas detalladas instrucciones de higiene bucal personalizadas, la terapia periodontal no quirúrgica consiste en la eliminación completa de los depósitos bacterianos blandos (placa dental) y duros (sarro) de la corona y las raíces de los dientes.
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